domingo, 2 de septiembre de 2012

Los amigos no se gastan a menos que los uses


Los amigos no se gastan a menos que los uses
 
 
Los amigos tienen un lugar especial en mi corazón. Muchas veces le he agradecido a Dios por habernos dado su amistad. Al practicar la amistad he aprendido algunos principios, como los que señalo a continuación:

Memoria: Aunque hoy nos separe la distancia, debemos recordar siempre al amigo a la amiga que en algún momento nos consoló, nos hospedó, nos animó, nos amó.

Prudencia: Debemos respetar el horario de nuestros amigos. No invadamos su privacidad, creyendo que el ser amigos nos da derechos absolutos sobre su vida.

Sinceridad: No hay verdadera amistad sin una confianza plena. Todo tiene que estar sobre la mesa. Yo creo en la amistad "a corazón abierto".

Humildad: Necesitamos la humildad para pedir perdón cada vez que nos equivoquemos. Necesitamos también amplitud de corazón para saber perdonar.

Generosidad: En la verdadera amistad no se busca recibir sino dar. Entre amigos entregamos nuestro tiempo, nuestro afecto, nuestras oraciones, nuestro dinero. 
Colmado de felicidad o de sufrimiento, el corazón tiene necesidad de compartir. Porque alegría compartida es doble alegría, y dolor compartido es la mitad de dolor.

Cuidemos de nuestras amistades; no las usemos. Los amigos que se usan, se gastan; pero los amigos bien cuidados, duran muchísimos años.

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