No te des por vencido ni aun vencido
Sientes que has tocado fondo.
Las cosas han ido empeorando hasta un punto insostenible.
No sabes para dónde ir ni qué hacer.
Te han herido una y otra vez y la situación ya no da para más. Sientes que has tocado fondo.
Has intentado todo lo que estaba a tu alcance pero los resultados no han sido los deseados
Estás atrapado en una relación sin salida, que no te hace feliz.
O has tomado decisiones comerciales poco afortunadas y el negocio que proyectaste está haciendo agua.
O la vida te enfrenta a medidas extremas que nunca hubieses querido adoptar.
Quizá incluso mentiste, defraudaste, hiciste cosas que no te enorgullecen.
Pues deja de regodearte en esa negatividad y aflora a la superficie.
Ni siquiera en esta ocasión aciaga te des por vencido.
Siempre es el momento justo para tomar una resolución que rectifique el rumbo de tu brújula interna, que es lo que permanentemente está junto a ti (el resto son circunstancias pasajeras, incluso pruebas, si así quieres considerarlo).
Más allá de los resultados que obtengas a corto plazo, y aunque la situación que genera tu estado finalmente se desplome, te tienes a ti mismo en todo momento y circunstancia. Tu integridad está latente, al alcance de tu mano, esperando tan solo una actitud para ver la luz, rodearte y servirte como guía y acompañante.
Si hasta ahora permitiste que los demás tomen la mayoría de las decisiones importantes por ti, a cada instante tienes la oportunidad para modificar este patrón poco saludable y de dejar que tu verdadero yo aflore y brille.
Lo que hiciste u omitiste son acciones del pasado; aunque aún sientas los efectos, ellos se disiparán, como todo en la vida. Esto no tiene por qué frenarte ni ocasionar que las cosas sigan igual: si hoy mismo determinas algo, estarás comenzando a producir un cambio en tu presente con miras al futuro.
Muchas veces, cuando estás pensando en darte por vencido, florecen las mejores ideas.
Es secundario lo que hayas dejado en el camino, lo que hayas pasado por alto, si crees que eres víctima o victimario: hoy es el primer día del resto de tu vida. Cambiar el color de ahora en adelante es factible (más allá de que sea difícil o no, de que lleve un gran esfuerzo o la ayuda de otras personas, ¡es una posibilidad real!) y depende absolutamente de ti.
Las cosas han ido empeorando hasta un punto insostenible.
No sabes para dónde ir ni qué hacer.
Te han herido una y otra vez y la situación ya no da para más. Sientes que has tocado fondo.
Has intentado todo lo que estaba a tu alcance pero los resultados no han sido los deseados
Estás atrapado en una relación sin salida, que no te hace feliz.
O has tomado decisiones comerciales poco afortunadas y el negocio que proyectaste está haciendo agua.
O la vida te enfrenta a medidas extremas que nunca hubieses querido adoptar.
Quizá incluso mentiste, defraudaste, hiciste cosas que no te enorgullecen.
Pues deja de regodearte en esa negatividad y aflora a la superficie.
Ni siquiera en esta ocasión aciaga te des por vencido.
Siempre es el momento justo para tomar una resolución que rectifique el rumbo de tu brújula interna, que es lo que permanentemente está junto a ti (el resto son circunstancias pasajeras, incluso pruebas, si así quieres considerarlo).
Más allá de los resultados que obtengas a corto plazo, y aunque la situación que genera tu estado finalmente se desplome, te tienes a ti mismo en todo momento y circunstancia. Tu integridad está latente, al alcance de tu mano, esperando tan solo una actitud para ver la luz, rodearte y servirte como guía y acompañante.
Si hasta ahora permitiste que los demás tomen la mayoría de las decisiones importantes por ti, a cada instante tienes la oportunidad para modificar este patrón poco saludable y de dejar que tu verdadero yo aflore y brille.
Lo que hiciste u omitiste son acciones del pasado; aunque aún sientas los efectos, ellos se disiparán, como todo en la vida. Esto no tiene por qué frenarte ni ocasionar que las cosas sigan igual: si hoy mismo determinas algo, estarás comenzando a producir un cambio en tu presente con miras al futuro.
Muchas veces, cuando estás pensando en darte por vencido, florecen las mejores ideas.
Es secundario lo que hayas dejado en el camino, lo que hayas pasado por alto, si crees que eres víctima o victimario: hoy es el primer día del resto de tu vida. Cambiar el color de ahora en adelante es factible (más allá de que sea difícil o no, de que lleve un gran esfuerzo o la ayuda de otras personas, ¡es una posibilidad real!) y depende absolutamente de ti.